Resumen:
Los huancavilcas, los bahías y los cayapas, fueron tribus aborígenes asentadas a lo largo del litoral ecuatoriano que se caracterizaron por su espíritu marinero. Para sus grandes navegaciones construyeron embarcaciones hechas de palo de balsa, madera muy liviana de gran flotabilidad, ideal para el tipo de naves que ellos desarrollaron. Cuando vinieron los españoles y durante la colonia, esta tradición se afianzó; Guayaquil se convirtió en el astillero de América, más que todo por la abundancia de maderas aptas para la construcción naval. En Guayaquil se construyeron las naves que España utilizó durante la colonia, hasta que vino la construcción naval en acero. Por esta tradición y su naturaleza, el Ecuador desde sus orígenes ha sido un país marítimo; hecho que lo representa el vapor “El Guayas” en el Escudo Nacional. Pero una noticia trágica para esta ancestral tradición, se publicó en los diarios del país el día 15 de octubre de 1996: “La Flota Naviera Mercante de bandera ecuatoriana desaparece; la empresa TRANSNAVE administrada por la Armada, se encuentra en la fase final de su proceso de liquidación”. Luego el domingo 27, se ratifica: “Los navieros extranjeros usan las banderas de conveniencia, sin impuestos, ni IVA., ni derechos arancelarios; que hacen imposible la competencia”.
