Las grandes corporaciones buscan alternativas de financiamiento que no les implique un gasto que no puedan solventar para poder continuar con sus actividades. Por esta razón se puede observar una nueva forma de financiamiento de las empresas por medio de las titularizaciones que se definen como el proceso de agrupación de los activos financieros, tales como los instrumentos de deuda y préstamos individuales para luego empaquetar y convertirlos en valores y venderlos en forma de tramos o mejora crediticia a los inversores de terceros (Malekan & Dionne, 2012) las cuales tienen como ventaja obtener capital a un costo menor que si se negociara de manera tradicional o con los propios accionistas (Ricorp, 2014).Es por esto que las empresas buscan el nivel óptimo de financiamiento al momento de contraer una deuda debido a que el valor de una empresa puede verse afectado por el endeudamiento que posea, el efecto fiscal y otras variables del mercado como lo son la asimetría de información.