Resumen:
En la actualidad, la elaboración de la mayoría de muebles se
realiza en grandes fábricas; dejando de lado la durabilidad, el
diseño y el arte. Sin embargo, en la provincia de Santa Elena
existe una parroquia llamada Atahualpa en homenaje al último Emperador del Tahuantinsuyo, considerada por los pobladores de este sector como “La capital del mueble” (Dominguez, 2014), antes conocida como recinto “Engabao” que en
lengua vernácula que significa “amistad con el agua”, donde
los artesanos utilizan el guayacán para crear muebles únicos
y duraderos. No obstante, en los últimos años la tala de este
árbol ha sido vetada por el Ministerio del Ambiente (MAE) y
por lo tanto, los ebanistas reutilizan los pilares de madera de
guayacán de las antiguas construcciones, además de utilizar
otro tipo de árboles como materia prima. (Yagual, 2014, 1-3)
Los residentes de Atahualpa subsistían de la agricultura, ganadería y creación de sombreros de paja toquilla. Debido a la
sequía tuvieron que emigrar en busca de agua y dedicarse a
otras formas de vida. Empezaron a desarrollar la ebanistería
para realizar trabajos rústicos que poco a poco fueron perfeccionando con la llegada de los ingleses a la cercana parroquia
de Ancón, ya que ellos necesitaban la ayuda de artesanos para
realizar sus casas y de esta manera los atahualpenses se perfeccionaron en este arte. (Yagual, 2014, 1-3)